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(IAR-Noticias)
05-Dic-05
Refiriéndose
al tema del acceso al petróleo como argumento de la invasión, el Times señala
que de todas las teorías contra la guerra, ésta fue la que más se empeñó en
rebatir la Casa Blanca conforme se acercaba la la operación militar.
El diario imperialista norteamericano The New York Times no deja de
sorprender en su campaña mediática (por cuenta de los demócratas) para
expulsar a Bush y a los halcones de la Casa Blanca.
Este domingo, en un artículo escrito
por David Westphal, el
diario neoyorquino
pone en duda que la principal razón para emprender la acción militar
contra Irak, en marzo del 2003, fuera el supuesto arsenal de armas de
destrucción masiva de ese país, según afirmaba entonces el presidente George W.
Bush.
Sin embargo, Las ADM de Saddam no
fueron la única razón manifestada por la Casa Blanca. De hecho,
algunos expertos creen que hubo también otros factores, de los cuales apenas se
habla, señala el Time.
Los críticos de la administración
indican que es posible que el gobierno exagerara su alegato sobre las armas
de destrucción masiva (ADM). A su vez, los defensores acusan a los críticos
de ser unos revisionistas. históricos.
No obstante, aún cuando se pelean por el tema de las ADM, ambas partes indican
que otros factores podrían haber sido parte de la decisión, agrega el
diario.
El ex subsecretario de Defensa, Paul
Wolfowitz, fomentó la noción de que, además de las ADM, otras justificaciones
influyeron en la decisión.
Poco después de que quedó claro que
las ADM no se iban a encontrar, Wolfowitz dijo a la revista Vanity Fair que "por
razones que tienen mucho que ver con la burocracia gubernamental estadounidense,
nos quedamos con el único asunto en el que todo el mundo estaría de acuerdo, que
fue el de las armas de destrucción masiva como la razón fundamental''.
Otros factores eran importantes,
incluidos el terrorismo y los abusos a los derechos humanos de Saddam Hussein.
Wolfowitz también señaló que, como resultado del derrocamiento de Saddam,
Estados Unidos pudo lograr el objetivo largamente buscado de sacar sus tropas
de Arabia Saudita.
Según el Time, buscando otras líneas
causales de la invasión a Irak, el ex presidente Jimmy Carter argumenta
que, incluso antes de los ataques terroristas de septiembre del 2001,
sobresalientes figuras de la administración de Bush querían marchar sobre Bagdad
para establecer una cabeza de playa estadounidense.
''Habían decidido declarar la guerra contra Irak antes de que fuera elegido
George W. Bush'', dijo Carter recientemente.
En efecto, dos meses antes de las elecciones del 2000, un prominente grupo
neoconservador de investigación, el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense,
emitió un informe que expone los argumentos para una mayor presencia militar
en el Medio Oriente, agrega el columnista del Times.
Continuando en su tarea indagatoria
de las "verdaderas razones" de la invasión militar a Irak, The New York
señala que no se sabe hasta qué punto Bush y sus asesores analizaron las
posibilidades a largo plazo para mantener tropas en Irak.
Luego señala que Jay Garner, primer
administrador estadounidense en Irak, dijo al National Journal en el 2003 que
Irak tendría el mismo papel de ''estación de reparaciones y abastecimiento''
que desempeñaron Las Filipinas para la Armada estadounidense durante gran parte
del siglo XX.
Luego, y citando al ex asesor de la Casa Blanca, Richard Clarke) el Times agrega
que la idea de tener un espacio militar estadounidense en Irak ofrece bastantes
tangentes. Clarke ha opinado que algunos funcionarios gubernamentales la
buscaban porque fortalecería la posición militar de Israel; otros, porque temían
una creciente amenaza sobre las importaciones estadounidenses de petróleo.
Es llamativo, a esta altura, como The
Nerw York Times, representante genuino del patriciado financiero de Nueva York,
y de las corporaciones que se beneficiaron con la "tajada grande de negocios"
posibilitada por la ocupación militar, desliza la presencia del petróleo
como una posible causal de la invasión.
Refiriéndose al tema del acceso al
petróleo como argumento de la invasión, el Times señala que de todas las teorías
contra la guerra, ésta fue la que más se empeñó en rebatir la Casa Blanca
conforme se acercaba la la operación militar.
Bush y sus asesores negaron con
vehemencia que se tratara de la conquista de los vastos recursos petroleros de
Irak, continúa el diario. Y destaca que el entonces portavoz de la Casa Blanca,
Ari Fleischer dijo en el 2002 que
''Esa cuestión no está en juego''.
Sin embargo, dado que Estados Unidos dependía completamente del petróleo del
Medio Oriente para su supervivencia económica, y que Irak tiene las segundas
reservas del mundo después de Arabia Saudita, se habló mucho acerca de si
Estados Unidos necesitaba actuar para asegurar su acceso al petróleo, señala
el Times.
Y agrega: El tema no ha sido despejado del todo.
Según el Times, después de que
estallara la guerra, Wolfowitz comentó ante el Congreso que las reservas
petroleras de Irak podrían pagar la mayor parte de la reconstrucción del país.
Esta aseveración generó una rápida condena en todo el mundo.
Mientras tanto, Bush ahora menciona el petróleo iraquí como una razón
para mantener estacionadas allí a las tropas estadounidenses, y advierte que los
extremistas podrían apoderarse de los yacimientos si hubiera una retirada
precipitada, puntualiza el Times.
¿Cómo se fomenta la democracia en una
región donde simultáneamente se es dependiente de una banda indeseable de
dictadores para controlar electorados imprevisibles y se requiere asegurar el
flujo de petróleo?, se pregunta el autor del artículo.
En todo su desarrollo el artículo del
Time, titulado "las razones ocultas de la campaña de Irak", evalúa
diferentes motivaciones que podrían haber influido en la decisión de Bush y los
halcones para invadir y ocupar militarmente Irak.
Pero lo más sabroso, lo que
seguramente va a levantar escozor en el establishment de poder económico
estadounidense, se concentra en el subtitulo: "Acceso al petróleo", donde
pone al petróleo como posible causa principal de la operación militar contra el
país que detenta la segunda reserva de crudo del mundo.
Que el petróleo estuvo en el centro
de la causal de invasión es ya archisabido y analizado por todos los expertos,
pero en boca del New York Times (junto con The Washington Post y The Wall Street
Journal) el vocero más influyente entre los sectores del establishment de
poder estadounidense, es algo que llama la atención.
Además de revelar la profundidad
de la guerra que están librando los petroleros y las armamentistas con otros
sectores del poder norteamericano por el control de la Casa Blanca.
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