(IAR-Noticias)
13-Dic-05 Agencias
Los moderados en el Congreso imploran a sus colegas que bajen los
decibeles de la retórica en una polémica sobre la política oficial en Irak que
se vuelve cada vez más enconada y sectaria.
Por Tim Shorrock - IPS
Sus ruegos probablemente caerán en oídos sordos.
Se prevé que la guerra será el tema excluyente de la inminente campaña
electoral parlamentaria, en la que varios candidatos son veteranos de la guerra
de Irak.
Ningún partido se privará de usar sus
argumentos más contundentes: los republicanos presentarán a los demócratas que
critican la guerra como blandos en materia de defensa; los demócratas
argumentarán que la innegable caída de la popularidad de George W. Bush refleja
que el apoyo a la guerra decrece sin cesar.
No obstante, algunos legisladores veteranos hacen un llamado a la cortesía,
señalando que si bien el debate es esencial para la democracia, el partidismo
debe tener sus límites.
"La calidad del debate en el Congreso afecta los sucesos en Irak y las
perspectivas de éxito", dijo el senador republicano Richard Lugar, presidente de
la Comisión de Relaciones Exteriores, en la primera de una serie de cartas que
piensa dirigir a senadores y representantes.
"Debemos esforzarnos constantemente
por elevar el debate, estudiando fuentes de información responsables y
empleando la urbanidad en el discurso".
El senador y ex candidato vicepresidencial demócrata Joe Lieberman, que a
diferencia de sus correligionarios apoya en gran medida la estrategia de Bush en
Irak, abogó por una discusión que trascienda "las conferencias de prensa
partidistas enfrentadas".
"Espero que se reconozca que hay republicanos y demócratas de ambos lados (del
debate) y que se lo realice en un espíritu de respeto mutuo pensando en los
intereses nacionales", dijo Lieberman.
Los moderados "son los que tratan de encontrar el terreno común", dijo
Kathleen Hall Jamieson, especialista en retórica política y campañas. "Los que
ocupan los extremos partidistas son los que tratan de impugnar la integridad del
otro".
Irak domina el debate en el Congreso, donde cada día se cruzan nuevas
acusaciones.
Los demócratas acusan a Bush de llevar al país a la guerra con mentiras y de
falta de sinceridad acerca de la situación actual en Irak. Los republicanos
dicen que la "estrategia de salida inmediata" de la oposición envalentona al
enemigo.
"Un bando usa la palabra mentira, el otro bando insinúa que hay
traición", dijo Jamieson, directora del Centro Annenberg de Política Pública
en la Universidad de Pensilvania.
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