(IAR-Noticias)
17-Dic-05 AFP Y AP / Clarín
Es un conflicto salarial. Afecta 7 millones de usuarios de subtes y
autobuses. Hay pesimismo en las negociaciones.
Los neoyorquinos
cuentan las horas y temen lo peor. Es que "la Gran Manzana" podría padecer su primera huelga de subterráneo y autobuses en
más de 25 años, un paro que detendría un sistema empleado por unas siete
millones de personas al día.
Los más pesimistas presagiaban momentos de pesadilla, con ciclistas
circulando entre interminables embotellamientos de tránsito; multitud de
viajeros cruzando el puente de Brooklyn con zapatos deportivos bajo un clima
helado; turistas varados durante los días más importantes de la temporada
navideña, y teatros de Broadway medio vacíos.
La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) continuaba en
negociaciones con el Sindicato de Trabajadores del Transporte, con el fin de
elaborar un nuevo contrato para más de 33.000 integrantes, ante el inminente
vencimiento del anterior. En declaraciones a The New York Times, el
máximo representante de la MTA, Gary Dellaverson, se mostró descontento
mientras el presidente de la compañía, Peter Kalikow, reclamó recurrir a "un
árbitro imparcial".
"No estamos en buen lugar", dijo Dellaverson, "debería haber más progresos, no
puedo aparecer aquí y decir que me siento cómodo con el punto en que se
encuentran las negociaciones". Los trabajadores quieren que su salario
aumente un 8% cada año en los próximos 24 meses esgrimiendo el superávit de
US$ 1.000 millones que presenta la compañía, mientras que ésta ofrece una mejora
de 5% en 27 meses. Y tras los atentados en el sistema de tránsito de Madrid y
Londres, también desean recibir más entrenamiento contra ataques terroristas.
El alcalde Michael Bloomberg advirtió que una huelga sería devastadora.
La actividad en las tiendas de la Quinta Avenida y tiendas departamentales como
Macy's y Bloomingdale's —destinos importantes para los que visitan la ciudad— se
vería interrumpida, ante la imposibilidad de los empleados para acudir a su
trabajo. Por la misma razón, un paro también interferiría con acuerdos
multimillonarios en la capital financiera de la nación.
Ante la eventualidad de una huelga, la ciudad ya ha anunciado un plan que podría
verse afectado por el mal tiempo, con nieve, lluvia y temperaturas en torno a
los 0 grados centígrados previstas para hoy. Para evitar un colapso circulatorio
en Manhattan, sólo los coches con cuatro o más ocupantes serán autorizados a
ingresar en un cierto perímetro de la isla entre las cinco y las 11 de la
mañana. Durante las horas pico, todos los carriles de los puentes de
Williamsburg y Manhattan y varios túneles de la ciudad serán para salir de
Manhattan. Asimismo, los taxis tendrán permitido recoger a más de un pasajero si
van en la misma dirección.
"La ciudad está preparada para el peor escenario", manifestó el alcal de.
El jefe de la Policía de la ciudad, Raymond Kelly, dijo ayer que se revocarán
todos los permisos. Además de US$ 10 millones en extras policiales, la ciudad
calcula que el paro podría costar otros US$ 12 millones diarios por impuestos no
recaudados, más US$ 400 millones en negocios perdidos sólo el primer día
teniendo en cuenta que los comercios están en plena temporada navideña.
La última vez que Nueva York vivió una huelga de transportes fue en 1980.
El paro duró 11 días, costó a los sectores privado y público de la ciudad
alrededor de US$ 1.000 millones y llevó Ed Koch, alcalde en aquel momento, a
comparar el caos creado con el que vivió Londres durante los bombardeos de la
Segunda Guerra Mundial.
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