(IAR-Noticias)
19-Dic-05
El temido jefe histórico del FBI los llamaba sin tapujos "trucos sucios".
Eran las operaciones que J. Edgar Hoover puso en práctica durante el macartismo
y que tuvieron su esplendor durante el gobierno de Richard Nixon. Fue cuando usó
todos esos trucos sucios contra el movimiento pacifista que se oponía a la
guerra de Vietnam.
Por Gustavo Sierra
-Clarín
Hoover y Nixon ordenaron espiar a todo el que apareciera como sospechoso de no
apoyar "los esfuerzos de guerra" que estaba haciendo el país.
En la lista de espiados figuraron más
de 100.000 estadounidenses. John Lennon, Lucille Ball y Martin Luther King
fueron seguidos durante años por agentes encubiertos.
El método, repudiado históricamente por la mayoría de los estadounidenses, ahora
fue reflotado por el presidente George W. Bush.
Con una orden secreta firmada a
principios del 2002, Bush permitió a la Agencia Nacional de Seguridad practicar
el espionaje interno, algo que está absolutamente prohibido por una ley
aprobada, precisamente, después de los abusos cometidos por los hombres de
Hoover.
La ley dice que sólo se puede espiar a un connacional en territorio
norteamericano si se tiene una autorización de la corte especial de Foreign
Intelligence Surveillance.
A esos jueces tiene que recurrir el
FBI si quiere realizar seguimientos de extranjeros o de diplomáticos.
El New York Times informó que se espiaba a unas 500 personas en este momento. Y
la cadena de TV NBC dijo que muchos de los espiados son activistas de los
movimientos contra la guerra en Irak.
La Casa Blanca aseguró que nada de lo realizado es ilegal y presentó algunas
evidencias de que con estas actividades se habían prevenido ataques terroristas
como un plan para volar el puente de Brooklyn y otro en Londres.
Pero los senadores demócratas no están convencidos de las explicaciones y
anunciaron que crearán una comisión investigadora que promete amargarle la vida
a Bush por el resto de su presidencia.
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