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Agencia Kanaria
de Noticias (AKN) Ricardo Perdomo y Pedro González
En este año de 2003 el
gobierno español destinará con cargo a los presupuestos generales de ese país la
cantidad de 7,2 millones de euros(
1.200 millones de pesetas aproximadamente), lo que supone un aumento “salarial”
del 3,44%, que ya quisieran para sí los trabajadores de ese país, al
mantenimiento de la “casa real española”.
Pero no queda ahí la cosa,
los gastos de mantenimiento de palacios, palacetes, yates, viviendas privadas,
inversiones en bolsas de otros países, cuentas en paraísos fiscales, negocios
petroleros y otros negocios sucios propios de las monarquías europeas y
por supuesto que la española no se escapa de ello, van aparte.
Independientemente de esto, los monarcas españoles reciben cantidades cuyo monto se desconoce desde
diferentes ministerios de ese país, entre ellos de los fondos reservados del
ministerio del interior, para cubrir otra serie de gastos que tampoco se
relacionan. La cantidad reseñada es solo para gastos de los reyezuelos
españoles, y sino continúen leyendo.
El artículo 65.2 de la
constitución de los españoles dice... “que el rey podrá disponer libremente de
la cantidad asignada en los presupuestos generales del estado para "el
sostenimiento de su familia y su Casa". Para el año 2003, la Casa Real
dispondrá de más de siete millones de euros (1.202 millones de pesetas) para
cubrir sus gastos, aunque en esa cantidad no se incluyen, por ejemplo, el
mantenimiento y restauración de edificios reales o los costes derivados de la
puesta a punto del yate Fortuna, o, en fin, para otras partidas abonadas
por distintos Ministerios.
En los Presupuestos del estado español, aprobados por el Congreso de ese país y
cuyo debate continua en el Senado, no se detalla, sin
embargo, en que empleará el rey español la partida asignada para el
sostenimiento de su familia y su Casa. Es uno de los secretos mejor guardados de
la “corona”: el Gobierno no facilita el desglose de las partidas alegando
razones de seguridad. Sólo se sabe que desde 1995, la partida asignada a cubrir
los gastos de los monarcas ha aumentado en un millón y medio de euros (sobre 250
millones de pesetas).
Por examinar los últimos seis años, en 1997se le asignaron a los
borbones 5.944.009,71 euros (989 millones de
pesetas); en 1998, fueron 6.154.363,95 (1.024 millones de pesetas); en 1999, la
partida ascendió a 6.388.758,67 (1.063 millones de pesetas); en 2000 fue de
6.514.971,21 (1.084 millones de pesetas); en 2001 fue de 6.744.050 euros (1.222
millones de pesetas); en 2002 alcanzó la cifra de 6.980.090 euros (1.162
millones de pesetas), y, finalmente, para este años 2003 la “casa real” tiene
presupuestada una partida de 7.224.390 euros (1.202 millones de pesetas).
A nivel patrimonial
declarado, a nombre del rey español sólo figura una propiedad que dicen fue
heredada de su abuelo.
En los presupuestos
generales de ese país no se desglosa la partida de gastos de los mencionados 7,2
millones de euros. De lo poco que se conoce se sabe que el rey español tiene
que sufragar los costes de “una casa” que cuenta con una plantilla de cien
funcionarios distribuidos en diez departamentos: jefatura de la casa real,
secretaría general, por supuesto el cuarto militar, protocolo, prensa, gabinete
de coordinación e intendencia y comunicaciones, además de las respectivas
secretarías de la reina y de los tarados mancebos de los hijos de estos.
Infructuosos han sido los
intentos por conocer cómo se distribuye tremendo gasto y lo único que
hemos podido averiguar de fuentes gubernamentales de ese país es que "a no
ser que se modifique la constitución, será muy difícil saber cómo reparte el rey
su presupuesto. Puede disponer libremente de ese dinero".
Lo que sí sabemos es que en
las cantidades asignadas en los presupuestos no se incluyen, por ejemplo, ni el
cuidado y restauración de los distintos edificios utilizados por el rey o su
familia, como el Palacio de Marivent, en Palma de
Mallorca, cuyos gastos corren a cargo del presupuesto del Patrimonio del Estado,
ni tampoco los costes que acarrean el uso y disfrute del yate Fortuna.
Lo que sí averiguamos es que
el rey español supuestamente tiene que pagar con su “sueldo” el coste de los
vehículos, con sus correspondientes chóferes, que forman parte de la flota del
Parque Móvil Ministerial (PMM) asignado al Palacio de la Zarzuela.
Según consta en la memoria
del Parque Móvil, la Casa Real dispone de una flota total de 70 vehículos. En
1996 este organismo procedió a la renovación de aquellos coches que tuvieran una
antigüedad superior a los cinco años y que "presentaban un elevado porcentaje
de kilometraje recorrido". Igual que cualquier otro ciudadano de ese país.
También hemos podido saber no sin dificultades, que la casa real española fue la
institución que, a lo largo de 1994, gastó más gasolina con cargo al Parque
Móvil: casi 175.000 euros (unos 29 millones de pesetas) en combustible, lo que
arroja una media de unos 462 euros (sobre las 77.000 pesetas diarias). En esta
partida no se incluye el gasto que, en gasoil, se facturó por el uso del yate
Fortuna. El consumo de carburantes no se incluyó en los Presupuestos del
Estado como partida destinada a la Casa Real, sino que fue abonada directamente
por el Ministerio de Economía y Hacienda, de quien depende el Parque Móvil.
Según las informaciones que
hemos podido recabar, en 1994 la casa real española tenía a su servicio 65
conductores y otros ocho trabajadores destinados a distintas funciones y se
situó en el número 1 del ranking de organismos e instituciones que más
gastaban en gasolina. Inmediatamente después se encontraba Presidencia del
Gobierno, con un gasto total de 102.000 euros (sobre los 17 millones de
pesetas). Estos datos, sin embargo, fueron suprimidos en las memorias de este
organismo a partir de 1995.
El “patrimonio” personal del
rey español
Como decíamos antes, a
nombre del rey español solo figura a su nombre una propiedad, que a su vez
parece ser está compartida con las hermanas de este y que supuestamente heredó.
La propiedad en cuestión es un lujoso chalé ubicado en la madrileña y elitista
urbanización de Puerta de Hierro.
Según figura en el Registro
de la Propiedad, fue el único bien inmueble que el padre del rey español dejó a
este en un testamento que incluía, además, un edificio, sito en la madrileña
calle de Gran Vía, destinado al alquiler de oficinas y locales comerciales; un
apartamento en Estoril (Portugal) y una cantidad de
36.000 euros, depositada en una cuenta en un banco ubicado fuera de ese país.
Según hemos podido saber, el apartamento de Estoril
fue vendido, pero no se sabe en cuanto. Por lo que se refiere a los 36.000 euros
depositados en la cuenta bancaria fuera de ese país, su saldo se liquidó en un
fugaz viaje del rey español, el hijo de este y un tal conde de los
Gaitanes, uno de los albaceas testamentarios del
padre del rey español.
Otras averiguaciones que
hemos realizado nos hablan de que el padre del rey español, en la cláusula
novena de su testamento, estableció que a su muerte "los fondos de aquella
cuenta pasarían al llamado en su día a ocupar la Jefatura de la Casa Real y, por
lo tanto, el trono de España". El problema surgió cuando, tras la muerte de
este, Juan Carlos I no era entonces "el llamado a ocupar el trono de España",
puesto que ya era rey, sino su hijo, el príncipe Felipe, que se había
convertido, por tanto, en el sucesor a la Corona, por lo que Juan Carlos no
podía cobrar aquel dinero, puesto que no cumplía ya el requisito de heredero a
la Corona. Fue por esta razón por la que, para poder apoderarse de ese dinero
necesitó de la firma de su hijo Felipe.
A pesar de todo lo expuesto sobre el patrimonio del rey español, todavía figuran
a nombre del padre de este propiedades inscritas en los términos municipales de
Aranjuez y Segovia; una finca sita en el término de
San Ildefonso (Segovia); el Palacio de Valsain, y
otro cacho de tierra de 159 metros cuadrados en los terrenos del Palacio de
Riofrío, en el término municipal de La Losa (Segovia).
De los ingresos del rey
español por participaciones en empresas privadas vinculadas al petróleo y la
energía eléctrica, inversiones en bolsas de otros países, negocios a medias con
magnates saudíes y norteamericanos que incluso podrían estar vinculados con el
tráfico de armas no se sabe nada.
De los manejos de la
reina española con sus “fundaciones” y demás parafernalia tampoco hemos
podido averiguar nada, está todo muy bien organizado para que sea del todo
imposible poder indagar más sin levantar sospechas y de los negocios e
inversiones de los hijos de los reyes españoles lo único que hemos podido
averiguar es que Felipe tiene algún tipo de participación en empresas
constructoras que han realizado importantes inyecciones de dinero para la
adquisición de solares en diferentes zonas de la capital española,
principalmente, que dentro de poco se convertirán en zonas de alto
standing.
De los cientos de millones
que fueron desviados de los “Fondos Reservados” del ministerio del
interior español para la “casa real” poco se sabe hasta el momento.
Del único barón de sus
hijos, Felipe de Borbón, todo se ciñe a la
rumorología de la prensa, mayormente del corazón, que no se cansa de
exponer y promocionar al “soltero de oro” de la corona española. Su soltería se
justifica continuamente acoplándolo con una y otra –supuesta- novia, sin que
ninguna de ellas llegue a cuajar.
Aunque el hecho pueda
parecer dentro de la ética lógica impuesta por el estatus de la realeza, cuando
observamos que todas las parejas que se le asocian “oficialmente” no son de
sangre real, se ha llegado a comentar desde medios de información alternativos
que sus relaciones son programadas desde la propia Casa Real, para acallar
rumores sobre su homosexualidad.
El hecho es que en este país
tenemos constancia de que varios miembros de la guardia real, que tenían su
misma edad, se vieron involucrados en una reyerta y fueron expulsados del
club privado gay “Lepanto”, en el Puerto de la
Cruz, durante su visita a Tenerife a principios de los 90.
Fue la misma prensa que
citábamos antes la que descubrió también que su relación con Eva
Sannum comenzó mediante contrato, ejerciendo
ésta como acompañante de la agencia de modelos Magic
para Felipe. Lo cierto es que dicha agencia, que en 1997 pasó a llamarse Fashion
Traffic (con distinto domicilio social, pero el
mismo teléfono) es de Carlos Mundy, amigo íntimo de
Felipe y su hermana Elena. Destacar que la modelo suele viajar acompañada de
amigos íntimos, y nadie siquiera ha llegado a insinuar celo por parte de su
supuesto “soltero de oro real”.
El hecho es que los últimos
rumores sitúan al principito emparejado con otra modelo de Fashion
Traffic, al parecer de la misma nacionalidad que
Sannum y el mismo patrón físico.
Entre tanto, y basándonos en
las últimas declaraciones del primogénito durante su reciente cumpleaños (30 de
Enero) cuando se refiere a que “Me casaré con una persona de la que me sienta
enamorado”, apostamos por una “salida del armario” de las monarquías clásicas o
un suicidio literal de este joven, que tuvo la desgracia de verse envuelto en el
enredo monárquico que truncó para siempre su vida sexual.
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