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(IAR-Noticias) 03Feb04
La
Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes británica
considera que "la guerra en Irak ha hecho
más probables a corto plazo los ataques terroristas contra
intereses nacionales británicos".
En un informe publicado
ayer sobre los aspectos de política exterior de la lucha antiterrorista,
los parlamentarios elogian la captura del derrocado
dictador iraquí, Sadam Husein, pero advierten de que la guerra ha hecho de los
británicos un objetivo terrorista más probable, en lugar de reducir la
amenaza terrorista, y que a corto plazo los intereses británicos están
amenazados.
Se
equivocaron -según el informe- quienes pensaron que la
guerra en Irak iba a provocar mayor desestabilización y extremismo en la región,
pero agrega que la posguerra adolece de "falta de información" sobre la
envergadura de las necesidades de reconstrucción, lo que ha dificultado la toma
de confianza entre la población local y las tropas de la coalición.
El informe
parlamentario considera que "el fallo continuado de la coalición
(británico-estadounidense) en encontrar armas de destrucción masiva (ADM) en
Irak ha dañado la credibilidad de Estados Unidos y Reino Unido en su manera de
llevar a cabo la guerra contra el terrorismo".
Luego el
documento aconseja que los países que han enviado efectivos
reduzcan la presencia de "fuerzas armadas" en Irak, pero
reconoce que los civiles y militares británicos tendrán que
quedarse "durante algún tiempo, posiblemente durante años" y, de hecho,
se opone a cualquier reducción de las fuerzas de la coalición en el país hasta
que los iraquíes sean capaces de garantizar la seguridad por sí mismos.
El informe lamenta que
países como Francia, Rusia y Alemania, que se opusieron a la guerra, no hayan
enviado fuerzas para contribuir a la estabilización.
"Este fracaso a la hora de
repartir la carga ha aumentado la presión sobre los recursos de Reino Unido y
Estados Unidos", señala el documento.
Y agrega que esa situación "puede haber exacerbado las dificultades
con que ha topado la coalición para establecer y mantener la seguridad en Irak".
Por último,
señala que dos de los vecinos de Irak, Irán y Siria, pueden ser
"potencialmente factores de desestabilización", y lanza una
apuesta a "proseguir la cooperación" con ambos, una vía en la que
Reino Unido puede tener un "papel crucial".
Blair en el banquillo
El informe
parlamentario británico
se conoció un día antes de que Blair declare ante
un poderoso comité parlamentario , y en
momentos en que el opositor partido Conservador se prepara para presentar una
moción parlamentaria instando a una investigación sobre el trabajo de los
servicios de inteligencia.
Tanto Blair en Gran Bretaña, como Bush
en EEUU, sufren sendas
embestidas parlamentarias
para que ratifiquen o desmientan los informes de inteligencia "fallidos" sobre
las armas de destrucción masiva en Irak, y que sirvieran de justificación para
la invasión y posterior ocupación militar de ese país
Donald Anderson, presidente
del comité de Asuntos Exteriores del parlamento, ha dicho que le preguntará el
martes a Blair si todavía cree en la información de inteligencia que
recibió sobre las armas en Irak.
Por su parte, el portavoz de
Blair dijo que el gobierno anunciaría pronto cómo planeaba responder a la
"pregunta válida" sobre el paradero de las armas de exterminio en Irak, que fue
la razón usada por Londres y Washington para ir al conflicto.
"Es cierto que todavía
tenemos que hallar WMD (siglas en inglés de armas de destrucción masiva),
reconocemos que esa es una pregunta válida. Estamos cerca de anunciar cómo vamos
a responder a esas preguntas pero primero queremos anunciarle eso al
parlamento", dijo el portavoz.
El miércoles, los Comunes
debatirán el informe del juez Hutton sobre la muerte del científico David
Kelly, que se suicidó en verano tras revelarse su nombre como la principal
fuente de una información de la BBC que acusaba al Gobierno de haber exagerado
su principal informe sobre la amenaza iraquí.
Como sucede con
el presidente
George W. Bush, hay una presión creciente sobre
Blair para que investigue la actuación de los servicios de Inteligencia, después
de que el ex jefe del Grupo de Vigilancia de Irak, David Kay, afirmara que no
existen pruebas de que Irak tuviera armas de
destrucción masiva.
La semana pasada, Downing
Street optó por esperar a que el grupo acabara su trabajo, pero la situación
puede ser ahora diferente.
Esta mañana, el líder
conservador, Michaelo Howard, declaró a la BBC que considera necesaria una
investigación independiente sobre la calidad de la información de inteligencia.
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