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(IAR-Noticias) 02Feb04
COLOMBIA:
CRÓNICA DE UNA GUERRA ANUNCIADA
Por Luis Britto García.
Cuadernos para la Emancipación
1- En la extensa frontera con la hermana república se repite
con regularidad un incidente. Desconocidos matan alevosamente
soldados venezolanos.
Los medios de comunicación asesinan la veracidad inventando
que Venezuela invade territorio colombiano.
Colombianos se preparan para la agresión imaginaria. Parece el
cuento de Juanito Matagigantes, quien logra que dos colosos se
maten haciendo que cada uno crea que el otro lo ataca.
¿Exagero?
Por lo menos en dos ocasiones, los medios de comunicación han
anunciado como hecho una inexistente invasión de Venezuela
contra Colombia.
2- Así sucedió
con la matanza de Cararabo a principios de los años 90.
Los parlamentarios socialcristianos Humberto Celli y Haydée Castillo de López
Acosta propusieron una “persecución en caliente” Colombia adentro.
Yo estaba en Bogotá cuando los medios tomaron la infeliz propuesta como
declaratoria de guerra formal. Poco faltó para que buena parte de los
neogranadinos corrieran a alistarse contra una invasión inexistente.
3- La historia
vuelve a repetirse.
Desconocidos asesinan 8 guardias fronterizos venezolanos. El gobernador del
Norte de Santander, Luis Miguel Morelli Navía, cursa a Bogotá denuncias de una
supuesta incursión de militares de Venezuela en Tibú.
El 3 de enero el coronel Fernando Fernández, jefe del Estado Mayor del Comando
Regional N° 3, declara falsas las versiones de la prensa colombiana de que
efectivos de la GN hubieran penetrado en el poblado de Vereda de San Luis de
Beltrán. El canciller Chaderton declara explícitamente que no ha habido
persecución en caliente. Salvo, quizá, en la imaginación de los medios.
4- La
imaginación, como la calumnia, es perezosa y sólo se mueve por intereses ¿Le
interesa a Venezuela un conflicto con Colombia? Nuestra población apenas alcanza
24 millones:
la de Colombia sobrepasa cuarenta.
Cerca de dos millones de colombianos viven en Venezuela, y casi ningún
venezolano en Colombia. La hermana república lleva medio siglo de entrenamiento
militar en conflictos internos, Venezuela lleva tres décadas de paz.
Colombia no tiene puntos estratégicos vitales, Venezuela tiene muchos. La
producción agrícola neogranadina es difícil de paralizar, la petrolera de
Venezuela es sumamente vulnerable. Colombia tiene fértiles tierras que no
codiciamos.
Venezuela detenta el botín más codiciable: los hidrocarburos de los que depende
el destino del mundo.
El gobierno neogranadino es aliado de Estados Unidos, el nuestro no. Razones
geopolíticas, estratégicas, económicas, morales e históricas justifican la
política del gobierno venezolano de no inmiscuirse en el conflicto, guardar
estricta neutralidad y acoger humanitariamente los desplazados de ambos bandos.
5- ¿Le
interesa a la dirigencia colombiana la guerra con Venezuela?
Toda oligarquía que se tambalea inventa un conflicto externo para consolidar el
frente interno. Usualmente fracasa, como los militares argentinos que tomaron
las Malvinas. Toda oligarquía que necesita apoyo de Estados Unidos sacrifica a
sus compatriotas como carne de cañón contra un gobierno molesto para los
estadounidenses.
Usualmente le pasa como a Saddam Hussein, armado hasta los dientes por Estados
Unidos para fustigar a Irán, y luego aniquilado por los propios estadounidenses.
6- ¿A quién le
interesa el conflicto entre Colombia y Venezuela? En el número del último
trimestre de 1999 de la revista del Departamento de Estado Foreign Policy figura
un artículo de David Henríquez, investigador del Centro Rockefeller para
Estudios Latinoamericanos de Harvard, quien afirma que “el objetivo de la
mayoría de las guerras actuales es hacer a los países más pequeños, no más
grandes”.
Sostiene además que regiones ricas como el norte de México, el sur de Brasil o
la ciudad costera de Guayaquil se preguntan qué beneficio perciben de sus
actuales identidades nacionales.
Posteriormente, los medios anuncian otro plan en marcha para arrebatarle la
Patagonia a Argentina. Señalamos que en 1998 la prensa de Colombia realizó
encuestas sobre un plan para dividirla en dos países, uno dominado por el
gobierno y otro por la guerrilla; y que el año inmediato los medios difundieron
otro proyecto para secesionar el Zulia, la provincia petrolera más rica de
Venezuela.
Está pendiente otro plan más para independizar Guayana. Estos complots
separatistas representan para los imperios la ventaja adicional del
enriquecimiento por tráfico de armas, la apertura de nuevas aventuras
intervencionistas y la posibilidad de imponer draconianas condiciones
diplomáticas y económicas a cada fragmento separado.
7- El plan
maestro de Estados Unidos es que Venezuela le pelee su guerra en Colombia, y que
Colombia le entregue el petróleo venezolano.
¿Qué resultados tendría una guerra entre nuestras repúblicas hermanas? La
destrucción de una generación de colombianos y de venezolanos.
La ruina de ambas economías.
La caída de las dirigencias que atizaran el conflicto. Con los escombros de
ambos países se edificaría la verdadera meta de la contienda:
Estados Unidos intervendría para crear un nuevo Estado petrolero, integrado por
el Zulia y parte del Departamento Norte de Santander. Un nuevo Kuwait, con casi
todo el petróleo del hemisferio y casi ninguna soberanía. Jerónimo Pérez
Rescaniére gusta de repetir que Colombia iba a ser el país más rico de
Latinoamérica porque tenía a Panamá, y que secesionado Panamá, no fueron ricos
ni Panamá ni Colombia.
Tras un nuevo desmembramiento, no serían ricos ni Venezuela, ni Colombia, ni el
Estado secesionado.
8- Advierte el
canciller Roy Chaderton a la consejera estadounidense Condoleeza Rice: “si
abriga la ingenua pretensión de poner a pelear a venezolanos con colombianos, le
aseguramos que no existe poder capaz de lograr ese objetivo”. (Últimas Noticias,
14-1-04, p.10). Que así sea.
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