oticia
1:
"Bush dice que 30.000 iraquíes murieron desde la invasión":
El
presidente George W. Bush dijo que
alrededor de 30.000 ciudadanos iraquíes murieron en ese
país desde el inicio de la invasión, "denunció"
los nuevos hallazgos de prisioneros torturados iraquíes, y afirmó que
la violencia no acabará con las elecciones parlamentarias
del jueves.
Noticia 2:
El embajador estadounidense en Irak denuncia abusos a 120 prisioneros:
"El embajador estadounidense en
Irak, Salami Khalilzad, dijo ayer martes que al menos 120 prisioneros han
sido objeto de abusos en dos centros de detención dirigidos por el Ministerio
del Interior iraquí. El embajador afirmó a los periodistas que cerca de 100
de los 173 prisioneros encontrados el mes pasado en la sede del Ministerio del
Interior del distrito de Jadriya habían sido víctimas de torturas.
Estas dos noticias aparecidas, entre
el lunes y el martes, en las agencias internacionales requieren, por lo
menos, de algunas aclaraciones.
EEUU es la potencia invasora que, en
marzo de 2003, se apoderó militarmente, a sangre y fuego, de Irak, la
segunda reserva petrolera del mundo, que hoy permanece ocupada por alrededor de
150.000 soldados estadounidenses.
Bush es el presidente de EEUU (la
potencia invasora y ocupante) que controla los recursos y el poder
político y militar en Irak, por lo tanto, es el responsable directo de todo
lo que suceda en esa nación sujeta a un status de dominación militar .
El embajador Salami Khalilzad,
(quien dirige la embajada estadounidense más grande del mundo) es el
representante de EEUU y el primer responsable político de EEUU en Irak.
En este contexto, y en esta realidad,
las denuncias de Bush y su embajador adquieren categoría de "autodenuncias":
Esto es, el principal responsable
y ejecutante de las muertes de iraquíes, de las torturas a prisioneros, y de
todas las aberraciones económicas y sociales que causó la ocupación militar,
denuncia esos emergentes como si los hubiera producido otro.
¿Esquizofrenia aguda? Nada de eso:
estrategia política.
Es evidente, que los halcones (con
Bush en decadencia total y con la popularidad por el piso) han resuelto
apoderarse del discurso político "opositor" de sus adversarios internos y
denunciar ellos mismos lo que los demócratas y el aparato mediático "anti-Bush"
vienen denunciando desde principios de 2004.
Desde principios de 2004, y de la
mano de la cadena ABC, The Washington Post y The New York Times, comenzaron a
aparecer las primeras fotografías de supuestos presos iraquíes torturados por
los militares ocupantes norteamericanos.
Con diferentes frecuencias, esta
campaña nunca se detuvo, y hasta el presente, junto con los soldados muertos de
EEUU en Irak, representan los dos flancos más débiles de la administración
Bush sobre los cuales la oposición golpea constantemente para desgastar la
imagen del actual presidente de EEUU.
Por otra parte, según analistas y
encuestadores estadounidenses, el escándalo con las torturas y los muertos
norteamericanos son la causa principal del rechazo a la ocupación militar y
el pedido de regreso de las tropas que hoy sostiene la mayoría de la
población estadounidense.
Entonces, ¿Porqué Bush y los halcones
decidieron mostrar lo que antes escondían?

"Sincerar" la cantidad de
muertos (propios y ajenos), las torturas y las "irregularidades" parece ser la
nueva tónica informativa de la Casa Blanca en Irak.
Pero nada de eso está ocurriendo en
realidad. Es sólo un espejismo mediático manipulado para apoderarse del
discurso del adversario y presentar la realidad iraquí como si fuese
"obra de otro", y no de Bush y sus funcionarios imperialistas y
neoconservadores especialistas en invadir países para saquear petróleo y
mercados.
Observar atentamente:
Cuando Bush y su embajador denuncian
o "informan" sobre los muertos iraquíes o las torturas, el sujeto causal, el
culpable, no es EEUU sino el "gobierno iraquí".
Esto es (y según lo que ahora quieren
mostrar Bush y su administración imperial), en Irak existen las torturas a
prisioneros y la matanza de civiles inocentes no por culpa de EEUU sino del
gobierno iraquí, cuyas luchas internas y enfrentamientos por el poder
generan este tipo de aberraciones "no deseadas" por la administración
norteamericana y el Pentágono.
Respondiendo a esta orientación,
desde hace tres semanas comenzaron a aparecer distintas denuncias que
presentaban a la administración iraquí y sus ministros complicados con distintos
casos de torturas y de matanza de civiles producidas por "escuadrones
de la muerte".
Los propios portavoces de EEUU (todos
oficiales del cuerpo de inteligencia militar) comenzaron a difundir estos casos
entre la prensa y los corresponsales acreditados en Bagdad.
De esta manera, quienes tuvieron que
salir a "dar explicación" ya no fueron las autoridades militares o
políticas de Washington, sino los representantes y funcionarios del "nuevo
gobierno iraquí", como se sabe, sin ningún poder real, y sujeto a los
lineamientos y órdenes emergentes de la Casa Blanca y el Pentágono.

Y aquí tenemos dos conclusiones
claras:
A) Bush y los halcones se apoderaron
del discurso "opositor" y "denunciero" de sus opositores internos.
B) Se convirtieron en denunciantes y
"críticos" a la política en Irak, pero depositando las responsabilidades en el
gobierno títere de kurdos y chiíes.
"Quiero hacer saber al pueblo iraquí
que estamos comprometidos a encontrar todos estos centros" recalcó el embajador
Khalilzad. "Es inaceptable que estos abusos tengan lugar".
Curiosamente, esta transferencia
de "responsabilidades" (con EEUU como primer "crítico" de las torturas)
intenta sacar a los responsables de la ocupación militar de escena (Bush y EEUU)
y convertirlos en "árbitros mediadores" para presionar a los nuevos y exclusivos
"culpables de las torturas": el gobierno iraquí.
Como es costumbre, la prensa
internacional no acusó este cambio de estrategia discursiva de Bush, ni tampoco
se preguntó porqué el torturador se convirtió en denunciante de sus propias
torturas.
No sabemos que resultados les va a
producir la "nueva estrategia" a Bush y sus halcones imperialistas de la
Casa Blanca y el Pentágono.
Pero evidentemente, la vieja táctica
de asimilarse al discurso del adversario para neutralizarlo, llega en un momento
que la aceptación de Bush toca sus niveles más bajos y sigue barranca abajo.
El último sondeo difundido por el diario USA Today y la cadena de televisión CNN señala que los
norteamericanos hoy ven a Irak como en otros años apreciaron la situación en
Vietnam.
La medición muestra que el
54 por ciento de los estadounidenses piensa que el gobierno de Bush cometió un
error al agredir a Irak frente a un 45 que estima que actuó como debía.
Como dato curioso el sondeo destaca que en los primeros meses de 1970, la
respuesta de los norteamericanos a igual pregunta sobre Vietnam fue muy
parecida.
Entonces, el 56 por ciento estimó erróneo el envío de tropas a la nación
asiática contra 36 por ciento que lo consideraron como una política adecuada.
Por más que Bush y su administración
salieron fortalecidos con el triunfo electoral, los comicios, reñidos como nunca históricamente, polarizaron
a la sociedad norteamericana alrededor de lo que estaba
pasando en la ocupación militar de Irak.
Bush, así coinciden desde los analistas, opositores, hasta
republicanos moderados, está atrapado, sin salida, y a punto de ser engullido
por el "síndrome Vietnam" en Irak.
La nueva estrategia de convertirse en denunciante de sus
propias torturas y aberraciones criminales con el pueblo iraquí, busca un
salvavidas que lo ponga en el centro de la escena, no ya como invasor y
genocida, sino como un esforzado "mediador" que intenta detener la masacre.
Aunque parezca alucinante e increíble, ese es el sustrato
"psicológico" del nuevo discurso "sincerador" de Bush sobre Irak.
Si le llegara a salir bien (cosa difícil de ocurrir) el gobierno
títere iraquí y su "aparato de seguridad" sustituirían a los manuales de
tortura de la CIA y a los programas carcelarios del Pentágono en la lógica
"informativa" diaria de la prensa internacional.