(IAR-Noticias) 07-Feb-05
A
pesar de las afirmaciones de "pacificación"
declamadas por Washington, su gobierno títere iraquí
y la prensa internacional "asociada", los ataques y atentados rebeldes cobraron nuevamente una
violencia inusitada el fin de semana, tras los comicios del domingo.
En diferentes ataques y atentados en Bagdad, Basora, y el triángulo suní, entre viernes y
domingo, y en diferentes acciones fueron muertos 10
marines estadounidenses y 55 colaboracionistas iraquíes (policías,
soldados y civiles).
De ese total
de bajas, el
sábado
fueron muertos 7 marines estadounidenses, y el domingo, durante el
ataques a una patrulla y una comisaría en Bagdad, fueron exterminados 25
soldados y policías colaboracionistas iraquíes.
La policía iraquí es el blanco de los
insurgentes. (AFP)
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Luego de un
repliegue táctico de la guerrilla entre lunes y martes (que hizo creer a Bush
y sus socios que se había "terminado la violencia" en Irak), el
miércoles se reanudaron los ataques que fueron cobrando mayor intensidad
hasta alcanzar su pico de violencia entre viernes y sábado.
Informa la agencia
Reuters: "los ataques de los insurgentes han matado a siete soldados
iraquíes el sábado mientras las guerrillas continúan con la ofensiva tras no
conseguir destruir las históricas elecciones de la semana pasada".
En enero
-según el relevamiento de información official diaria publicada en la prensa-
murieron 106 soldados norteamericanos y más de 300 colaboracionistas
iraquíes (policías, soldados y civiles).
Si se le suman los
muertos en lo que va de febrero, en el 2005 la cifra de bajas totales
asciende a 130 soldados de EEUU y más de 350 colaboracionistas iraquíes
muertos por atentados y ataques de los rebeldes iraquíes.
Salvo la agencia
cubana Prensa Latina que contabiliza las bajas totales estadounidenses
por día y por mes, el resto de la prensa presenta las cifras de muertos
fragmentadas (en el momento que ocurren) sin realizar un seguimiento de las
cifras totales como hacen IAR-Noticias y Prensa Latina.
Esta actitud por
parte de los grandes medios y cadenas internacionales no es ingenua ni casual.
Forma parte de una
metodología alentada por Washington y el Pentágono orientada a "esconder" la
totalidad de muertos, y así evitar que los lectores, oyentes o televidentes
tomen conciencia de la cantidad total de soldados norteamericanos y de
"colaboradores" muertos en Irak, que, de publicarse masivamente, aceleraría
el "Síndrome Vietnam" contra Bush en EEUU.
Esta misma táctica
"desinformativa" (mediante la fragmentación) fue aplicada durante las masacres
de civiles iraquíes en Faluya, en las ciudades del triángulo suní, y
durante los bombardeos a la ciudad sagrada de Nayaf, en agosto, donde los
centenares de chiíes exterminados nunca aparecieron en los titulares de la
prensa internacional.
Después de la parodia
electoral del domingo, anunciada como "éxito de participación",
Washington, su gobierno títere de Irak y la prensa cómplice internacional,
señalaron casi literalmente que los comicios fraudulentos habían terminado
con la "violencia terrorista" en Irak
Analistas y medios
norteamericanos, entre ellos The Washington Post y The New York Times,
tras la finalización del comicio en Irak, celebraban alborozados el "triunfo
de la democracia sobre la violencia terrorista" y elucubraban posibles
alianzas políticas de sectores suníes "no violentos" en un futuro gobierno
emergente compuesto por chiítas y kurdos.
La mayoría (a los que
habría que agregar analistas y medios occidentales, sobre todo de Europa)
señalaba que la "alta participación electoral" iba a dejar aislada y sin sustento
popular a la guerrilla rebelde "shockeada" por el "éxito" masivo de las
elecciones.
Por supuesto que la
información sobre la "alta participación" sólo provino de dos fuentes
interesadas: el gobierno de Allawi y el aparato político chiíta y kurdo, y nunca
fue avalada por ninguna organización internacional, incluída la ONU, cuyo
representante electoral en Irak negó tajantemente que hubiera números preciso de
votantes. (Ver:Todo hace presagiar
un "gran fraude" en los comicios iraquíes ).
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Rice defiende la "estrategia del éxito" con los colaboracionistas
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Preanunciando la falsedad de esas
afirmaciones, y revelando que en Irak todo sigue igual,
George W. Buhs, en su discurso ante el Estado de la Unión
de esta semana, adelantó que las tropas norteamericanas
permanecerán en Irak hasta que el pueblo iraquí
"sepa defenderse por sí mismo".
En la parte final de su alocución ante el Congreso de EEUU,
Bush se mostró contrario a establecer un "calendario
artificial" para abandonar el país árabe y defendió el ejemplo iraquí como
modelo frente a "la guerra del terror".
Otro síntoma de lo
que esperan realmente Washington y el Pentágono, está dado por
el propio secretario de Defensa Donald
Rumsfeld, quien dijo en una entrevista para la televisora
norteamericana CNN que "el nivel de violencia en Irak
es mayor de lo que esperaban los ocupantes y colaboradores tras
el comicio".
Según lo dicho por la
flamante secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, en Irak no habrá
"estrategia de salida" como proponen los demócratas y sus usinas
mediáticas, sino "estrategia del éxito" centrada en un incremento de
las "fuerzas de seguridad iraquíes" que sirven de "carne de cañón" a las
fuerzas norteamericanas. (Ver:
Qué papel cumplen los
"colaboracionistas" en la
ocupación militar de Irak
).
Esto implica, entre
otras cosas, que los 150.000 efectivos norteamericanos seguirán estacionados en
Irak como "reaseguro militar" de la ocupación, en tanto nuevos reclutas iraquíes
cipayos (tentados por los sueldos en dólares) serán enviados a servir como
escudos suicidas contra los ataques de la resistencia.
El general David
Petraeus, a cargo del entrenamiento de las nuevas
"fuerzas de seguridad" en Irak,
afirmó este viernes que las unidades iraquíes siguen perdiendo
hombres debido a la "severa intimidación" de los rebeldes.
El
alto militar estadounidense admitió que sólo unos cuantos de los 88
batallones estaban completos.
La falta de
soldados se debe en parte a pérdidas en los combates o a la deserción,
añadió.
Petraeus se
refirió a incidentes en los que soldados que regresaban a sus casas
fueron eliminados por
fuerzas rebeldes, pero omitió
decir el número de tropas que han desertado debido a las amenazas.
El
militar destacó el "enorme desafío"
que es para las fuerzas de Irak y EE.UU. operar en zonas controladas por los
"insurgentes" en el norte y oeste
de Bagdad.
"Esta es una zona
donde los insurgentes cortaban las cabezas de los soldados que intentaban
regresar de sus permisos", añadió el general estadounidense.
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