(IAR-Noticias) 14-Mar-05
Por
Alberto Cruz -
CSCAweb
"Uno de los párrafos de la Resolución
1559 establece lo siguiente: "Profundamente preocupado por la presencia
constante de milicias armadas en territorio en el Líbano, que impiden al
Gobierno libanés ejercer su plena soberanía sobre todo el territorio libanés" ()
"Exhorta a que se disuelvan y desarmen todas las milicias libanesas y no
libanesas". Curioso.
Al Consejo de Seguridad no le
preocupa la ocupación por Israel de una franja de territorio libanés conocida
como las granjas de la Shebaa, ni la consiguiente presencia de tropas israelíes
en ella; no le preocupa el conflicto por las aguas de los ríos Hasbani y Wazzani
-dos afluentes del río Jordán que fluyee hacia el lago Tiberíades- que no pueden
ser utilizadas por Líbano pese a las carencias acuíferas del sur de Líbano bajo
la amenaza israelí de ataque militar; ni le preocupa el control de los recursos
acuíferos de la zona por Israel.
Lo que preocupa a la desprestigiada
organización multinacional, nunca tan claramente al servicio de los intereses
imperialistas como con el mandato de Kofi Annan, es la presencia de las tropas
sirias y el desarme de las milicias...
La presión internacional liderada pos
EEUU para que los sirios retiren sus tropas de Líbano donde entraron a
requerimiento de la Liga Árabe y donde su presencia y retirada está estipulada
por los Acuerdos de Taif, con los que se dio por finalizada la guerra civil que
asoló el país durante 15 años y provocó la muerte de 250.000 personas- ha tenido
ya un primer éxito: Siria ha anunciado que repliega sus tropas al valle oriental
de la Bekaa en una primera fase y, posteriormente, a su propia frontera.
En estos momentos tiene 14.000
soldados en Líbano, apenas una tercera parte de los que llegó a tener y que ha
ido replegando en cumplimiento de los plazos acordados en los Acuerdos de Taif.
La retirada anunciada ayer por el presidente sirio será gradual y coordinada y
se hace en cumplimiento de la Resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la
ONU, aprobada el 2 de septiembre de 2004, que exige entre otras cosas- la
retirada de las tropas sirias de Líbano. Pero no sólo. De hecho, la citada
resolución lleva por título "La situación en Oriente Medio".
Uno de sus párrafos establece lo
siguiente: "Profundamente preocupado por la presencia constante de milicias
armadas en territorio en el Líbano, que impiden al Gobierno libanés ejercer su
plena soberanía sobre todo el territorio libanés" (...) "Exhorta a que se
disuelvan y desarmen todas las milicias libanesas y no libanesas". Curioso.
Al Consejo de Seguridad no le
preocupa la ocupación por Israel de una franja de territorio libanés conocida
como las granjas de la Shebaa, ni la consiguiente presencia de tropas israelíes
en ella; no le preocupa el secuestro de las aguas de los ríos Hasbani y Wazzani
-dos afluentes del río Jordán que fluyee hacia el lago Tiberíades- que no pueden
ser utilizadas por Líbano pese a las carencias acuíferas del sur de Líbano bajo
la amenaza israelí de ataque militar; ni le preocupa la apropiación de los
recursos acuíferos de la zona por Israel.
Lo que preocupa a la desprestigiada
organización multinacional, nunca tan claramente al servicio de los intereses
imperialistas como con el mandato de Kofi Annan, es solamente la presencia de
las tropas sirias y el desarme de las milicias.
Pero en Líbano sólo queda una
milicia: la dependiente de Hezbollah, única organización que se negó a
desmovilizarse tras los acuerdos de paz (1989) que pusieron fin a la guerra
civil en Líbano y que consiguió, gracias a su lucha armada de liberación
nacional, la retirada del ejército israelí del sur de Líbano en mayo del año
2000, tras 18 años de ocupación.
Israel se retiró de todo el
territorio libanés a excepción de las granjas de la Shebaa, situadas cerca de
los Altos del Golán (territorio sirio ocupado por Israel desde 1967) y muy cerca
de las fuentes de nacimiento de uno de los afluentes del río Jordán. También
queda algún resto de milicia palestina en los campamentos de refugiados, de ahí
la referencia a las milicias "no libanesas" de la Resolución 1559.
Aquí merece la pena comentar que la
Resolución 1559 tuvo un largo proceso de elaboración y se conocieron varios
borradores. En ellos, rechazados finalmente hasta llegar a la "resolución de
compromiso" que se aprobó por 9 votos a favor y 6 abstenciones, se pretendía
forzar a Líbano a nacionalizar a los casi 400.000 refugiados palestinos que
malviven en los campos de refugiados desde 1948 y hubo contactos entre los EEUU
y Hezbollah en ese sentido, en un reconocimiento del importantísimo papel que
juega esta organización en la vida política interna libanesa.
Hezbollah lo rechazó, así como la
pretensión estadounidense de que dejase de apoyar la lucha del pueblo palestino.
Ante esta negativa, los EEUU, que en 1996 había reconocido a Hezbollah como
"fuerza de la resistencia libanesa" contra la ocupación israelí, intentaron que
se mencionase a Hezbollah por su nombre en la citada Resolución, sin lograrlo.
Hasta aquí la historia de la
Resolución 1559, en la que se apoyan ahora quienes aprovechan el asesinato de
Hariri para presionar a Siria a que abandone Líbano. Un atentado sospechoso
puesto que a quien menos podía beneficiar su muerte era, precisamente, a Siria y
realizado a escasas semanas de la realización de elecciones, en mayo, en el país
del cedro. Un atentado realizado cuando Siria había ofrecido a Israel la
reapertura de las negociaciones sobre el Golán ocupado desde 1967.
No cabe duda alguna de que Israel y
los EEUU son los principales beneficiarios de ese asesinato. Ambos pueden lograr
que Emile Lahoud abandone la presidencia y colocar en su lugar a un títere anti-sirio
que sirva como cabeza de puente en una operación estratégica a más largo plazo:
el derrocamiento del régimen de Bashar Al Asad en Siria y completar de esta
forma la reordenación geoestratégica de Oriente Medio puesta en marcha con la
invasión de Iraq.
La reciente visita conciliatoria de
Bush a Europa no resulta gratuita en este sentido.Francia también ha sido
potencia colonial en Oriente Medio, y las élites maronitas de Líbano sus
tradicionales recursos clientelares en el país; la resolución 1599 impulsada al
alimón con EEUU ofrece pistas esclarecedoras al respecto.
Israel está aprovechando la ocasión
para asegurarse la anexión definitiva de los Altos del Golán y buscar un tratado
de paz con Líbano en que plantearía el desarme de la milicia de Hezbollah y se
cancelaría el derecho al retorno de los refugiados palestinos. Esto no resulta
incompatible con la vieja idea sionista de convertir a Líbano en un estado
excluyente y confesional, "para los cristianos" de Oriente Medio, lo cual es
totalmente plausible en un hipotético retorno neocolonial de Francia a la zona.
El factor Hezbollah
Hezbollah es una fuerza
político-militar que tiene 14 diputados en el parlamento libanés, controla
cientos de administraciones locales (especialmente en el sur del país) y es la
principal referencia política de los 1,37 millones de shiíes que viven en Líbano
(el 40% de una población que está cercana a los 3,8 millones de habitantes), con
una red asistencial que abarca a importantes sectores de la población.
Su principal dirigente, Hassan
Nasrala, ha invitado al resto de organizaciones políticas libanesas a un diálogo
nacional en el que se tengan en cuenta tanto la historia pasada de Líbano, en
referencia a la guerra civil, como la situación presente.
Hasta el momento, los cristiano-maronitas
no han aceptado la oferta, prefiriendo tensar la cuerda de la presión hacia
Siria dirigiéndose, incluso, a Israel (como recogía la agencia Europa Press en
un despacho fechado el pasado día 4) para que les apoye. No han mostrado el
sentido de responsabilidad que sería deseable, ni siquiera los suníes que ahora
lloran a Hariri.
Sólo los drusos de Jumblat han dicho
que hay que tener presente a Hezbollah puesto que es "un socio importante" a la
hora de abordar el proceso político del país. Pero eso es claramente
insuficiente puesto que los shiíes no van a repetir la historia y no van a estar
dispuestos a perder el papel que tienen ahora en el país puesto que recuerdan
muy bien las discriminaciones, miserias y marginalización a que se les sometía
durante la etapa en que los cristiano-maronitas ostentaban todas las esferas del
poder. No eran ellos solos, sino también los franceses y los suníes ricos que
apoyaron a Hariri.
Ni la eliminación de Hezbollah del
tablero político va a ser fácil ni el desarme de su aguerrida milicia posible,
aunque ya hay amenazas de intervención militar directa en Líbano con esta
finalidad: Condolezza Rice y Michel Barnier (ministro de Asuntos Exteriores
francés) anunciaron que estaban estudiando una serie de medidas para
"estabilizar" Líbano, entre las que destacaba el envío de fuerzas militares
multinacionales para "organizar y controlar" las elecciones de mayo.
Pero la pretensión imperialista está
ahí, así como la desaparición de la resistencia palestina, es decir, la
pretensión de que se renuncie a cualquier plan nacional y de desarrollo
socio-político autónomo. Y Hezbollah, que por encima de cualquier otra
consideración debe ser considerado como un movimiento de liberación nacional,
seguirá siendo una de las pocas fuerzas disuasivas contra la agresión de Israel
a Líbano.
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