Ya es
vox populi entre los expertos y analistas de Washington que
Otto Reich,
ex secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, influye
decisivamente en la agenda de la campaña "anticastrista" y "antichavista" que
desarrolla por estos días la secretaria de Estado Condoleezza Rice en
América Latina.
Otto Reich y el actual subsecretario para el área
latinoamericana, Roger Noriega, son los representantes más emblemáticos de la
mafia cubano-americana que hace lobby contra Cuba y contra Venezuela en el
Departamento de Estado, que cobró nuevos bríos cuando la halcona negra
reemplazó al "moderado" Colin Powell en el comando de la política exterior
estadounidense.
El
segundo mandato de Bush y de los halcones, marcado por el objetivo de
terminar con los gobiernos "hostiles" de Cuba y Venezuela, tiene en Otto
Reich a su fogonero más prominente dada su cercanía con la secretaria de Estado,
de quien se ha convertido por estos días en una especie de "asesor en las
sombras".
Pero la mafia cubano-americana, representada en
Noriega y Otto Reich, no solamente incide en la campaña contra Chávez y Fidel
Castro sino que además gravita decisivamente en todas las áreas de la estrategia
que desarrolla Washington en Latinoamérica.
A
la dupla Reich-Noriega se le atribuyen en la últimas semanas cuatro operaciones
políticas:
A) la tramitación del asilo en EEUU para el
hiper-terrorista Posada Carriles, a quien la mafia-cubano americana tiene
escondido en algún punto del estado de la Florida, gobernado por el hermano de
Bush.
B) Recomendación (por consejo de Noriega y de
Reich) de la
administración Bush del ex presidente salvadoreño, Francisco Flores, como
secretario general de la OEA. El de Flores fue el único gobierno que se
expresó públicamente contra Venezuela y en enviar tropas a Irak, además de
presentar acusaciones contra Cuba en la ONU.
C) La operación política lanzada mediante la
reciente acusación de Condoleezza Rice contra Cuba y Venezuela, culpando a sus gobiernos de estar al frente de una operación para
"desestabilizar a Bolivia" y a toda la región.
D) El nombramiento de David Greenlee, un experto
en acciones encubiertas de la CIA, y miembro calificado de la mafia-cubano
americana, al frente de la embajada de Bolivia en reemplazo de Manuel
Rocha.
Según analistas y medios especializados en
Washington, este nombramiento coincide con una operación de la CIA en
curso en Bolivia orientada a crear un "golpe popular" motorizado por las clases
medias y altas de Santa Cruz y la Paz, y cuyo objetivo no sería otro que el de
sustituir al desgastado Carlos Mesa, e impedir el acceso de Evo Morales al
gobierno de ese país.
La nueva operación de acción psicológica
contra Fidel Castro y Hugo Chávez ya se había lanzado oficialmente durante la
última gira latinoamericana del secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld, quien "advirtió" sobre el "creciente peligro" que representan algunos
gobiernos latinoamericanos.
El halcón mayor del Pentágono puso al tope de la
lista de "peligrosos" al presidente de Venezuela, Hugo Chávez y al ex presidente nicaragüense Daniel Ortega (1984-1990), quien se postula
y permanece como favorito para las elecciones de ese país en 2006.
Ante la perspectiva de que el sandinismo gobierne
nuevamente en Nicaragua, Washington comenzó una maniobra de presión sobre el
actual gobierno del presidente Bolaños para que se desprenda de los misiles rusos
tierra-aire recientemente adquiridos por esa administración.
No
por casualidad la publicación ultraderechista National Review publicó un
artículo de Otto Reich sobre "los dos terribles de América Latina", en
referencia a Hugo Chávez y al presidente cubano Fidel Castro.
El artículo se acompañaba de una foto de los
líderes aliados conversando y con un epígrafe debajo: "El eje del mal... versión
del hemisferio occidental".
Pero lo más relevante estaba en la portada de
National Review, donde la foto de los jefes de Estado se acompañaba con un
texto: "Si se combinan el mal genio, la experiencia en lucha política y la
desesperación económica de Castro con el ilimitado dinero y la temeridad de
Chávez, la paz en la región estará en peligro".
En línea con con las editoriales ultraderechistas
y pro-Bush de The Wall Street Journal, escribió Otto Reich: "El emergente
eje de subversión formado por Cuba y Venezuela debe ser enfrentado antes de que
socave la democracia en Colombia, Nicaragua y Bolivia u otro país vecino
vulnerable".
Los conceptos y las advertencias de Otto Reich, su
libreto sobre la "peligrosidad" del eje Cuba-Venezuela, fueron
expresados
oficialmente por Condoleezza Rice, Donald Rumsfeld y el propio Roger
Noriega quienes señalaron públicamente la "preocupación" de Washington
ante la fuerza "negativa" que representaba el gobierno de Hugo Chávez en
la región.
Según se dice motorizados por Otto Reich y la
mafia cubano-americana, el Nuevo Herald de Miami publicó en marzo pasado
dos extensos artículos firmados por Casto Ocando con el título las "Redes chavistas infiltradas en EEUU".
Casto Ocando, un reconocido operador de la
Fundación Cubana Americana y de Otto Reich plantado en la línea editorial del
Herald, escribía
"Un creciente número de organizaciones chavistas está
penetrando silenciosamente los EEUU, conformando una
amplia red revolucionaria que abarca desde círculos bolivarianos,
promotores académicos y grupos de cabildeo hasta actividades de inteligencia
en favor de la llamada revolución bolivariana de Venezuela".
El trabajo de "contrainteligencia" periodística dirigido a la comunidad
hispano-americana de EEUU
señalaba
que "la penetración no sólo cuenta con el visto bueno del gobierno
venezolano, sino que también es abiertamente admitida y promovida por altos
funcionarios chavistas".
Coincidente con la línea mediática de acción
psicológica contra Chávez encabezada por el Nuevo Herald y de The
Waall Street Journal, Rogelio Pardo Maurer, un "experto" del Departamento de
Defensa estadounidense en asuntos latinoamericanos cercano a Reich y Noriega,
salió a advertir públicamente, en The Financial Times, que "necesitamos
una estrategia para contener a Chávez".
Pardo Maurer, quien proyecta las ideas y las
estrategias de Reich y Noriega en Defensa, dijo que Chávez "se mete con países
de tejido social débil y, en algunos casos, promueve la subversión".
De la misma usina del Pentágono salió la teoría de
que Chávez entregaría parte de los 100.000 AK-47 (adquiridos a Rusia) a
las FARC, y las simultáneas acusaciones sobre la "carrera armamentista"
de Chávez que Rumsfeld lanzó en su reciente gira por Argentina, Brasil y
Guatemala.
En los últimos días, y a tono con las acusaciones
contra Cuba y Venezuela de estar "desestabilizando a Bolivia"
funcionarios de Defensa empezaron a sugerir que una parte de dichas armas
también sería entregada a los seguidores indígenas de Evo Morales en ese país.
Antes de la visita de Rumsfeld y de Condoleezza
Rice a Brasil, Otto Reich había escrito que "Hay una alianza izquierdista y
populista en la mayor parte de América del Sur. Esta es una realidad que los
políticos de Estados Unidos deben enfrentar, y nuestro mayor desafío es
neutralizar el eje Cuba-Venezuela".
La clave según Reich está en hacer una distinción
entre los "izquierdistas democráticos", como Lula y el presidente de
Chile, Ricardo Lagos, y los populistas más radicales, como Chávez y Castro.
"El verdadero peligro para la paz y la estabilidad
de la región no emana de los presidentes democráticos electos recientemente,
sino de dos demagogos que están por ahí hace más tiempo: Fidel Castro y Hugo
Chávez", afirmó el hombre clave de la mafia-cubano americana.
Es conocido el cambio de "postura" que experimentó
Lula después de sus reuniones con Rumsfeld y la halcona Rice, pasando de
ser un "mediador entre EEUU, Cuba y Venezuela" a encendido defensor de la
estrategia de Washington llegando a aconsejar a Chávez que "modere" sus
expresiones contra EEUU.
Por
su parte, y después de su reciente visita a Brasil, Condoleezza Rice sostuvo que
el gobierno de Venezuela propicia "actividades insurgentes en Bolivia" y
en Colombia, mientras Otto Reich aseveraba públicamente que el "eje
Cuba-Venezuela" tiene en la mira a Bolivia.
Y esa nueva acusación no por casualidad se produjo
cuando Chávez estaba de visita en Cuba, profundizando con Fidel Castro la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un mecanismo de
cooperación sur-sur por el cual ambas naciones ya pusieron en marcha 49 acuerdos
en áreas estratégicas como energía, abastecimiento alimentario, salud y desarrollo
comercial.
Según
información de La Habana cuando ambos presidentes leyeron una y otra vez las
declaraciones de Condoleezza Rice y de Otto Reich, hicieron toda clase de
bromas.
Según
dijo Chávez, este "eje del mal se está extendiendo" por toda América Latina, mientras
el poder en Estados Unidos no entiende que no se trata de líderes en particular,
sino de una "oleada de pueblos que se levanta" dispuesta "a ser libres o morir".
En su
afán "imperial", Washington realiza toda clase de "artimañas" para mantener
divididas a las naciones, señaló Chávez, y dio como ejemplo la visita de la
secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en Chile y en Brasil, donde criticó a
Venezuela y Cuba.
Sobre
la supuesta intervención venezolana en Bolivia, Evo Morales, quien se encuentra
en Cuba atendiéndose un problema de salud, señaló que seguramente a
Washington le disgusta el apoyo del presidente Hugo Chávez a la demanda
boliviana a Chile de una salida al mar.
También
se refirió a otros gestos solidarios de Chávez hacia Bolivia, como una donación
de asfalto para la ciudad de La Paz y la eliminación de trabas para el ingreso
de soya boliviana al mercado venezolano, gestionada por el MAS, el partido que
lidera.
De
todas maneras, lo que algunos llaman la "ofensiva final" de la administración
Bush contra Cuba y Venezuela recién comienza, y nada indica que les resultará
fácil llevarla a cabo.
Detrás
de la campaña desestabilizadora y de acusaciones de "terrorismo y subversión"
contra Cuba y Venezuela (fogoneada por Otto Reich y la mafia cubano-americana) ,
está el temor de Washington a las alianzas económicas y convenios armamentistas
firmados por estos países con el eje Rusia-China que proyectan a estas potencias
hacia el petróleo y los recursos naturales que EEUU considera como de "su
propiedad" en América Latina.
La
incipiente alianza de intereses de Cuba y Venezuela con los gigantes chino y
ruso, pone piedras en el camino a la imposición del Área de Libre
Comercio para América Latina (ALCA), el Plan Colombia y la Iniciativa Regional
Andina (Plan Andinia), cuya aplicación fortalecerá el escudo de seguridad
hemisférico de EEUU contra la geopolítica euroasiática.
O sea
que Washington se está valiendo de una cáscara formal (las acusaciones contra
Cuba y Venezuela de "desestabilizar" la región) para esconder la
cuestión de fondo: el peligro geopolítico y estratégico que le representa
una alianza de Cuba y Venezuela con las dos únicas potencias militares-
nucleares-tecnológicas-industriales capaces de hacerle frente a EEUU y poner
en riesgo sus intereses hegemónicos, no solamente en América Latina sino en
el mundo.
(Continuará)
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