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12En04 (IAR-Noticias)
El
Gobierno provisional iraquí, un engendro institucional controlado por la CIA,
detalló ayer domingo las medidas que tomará para "limpiar la administración" de
los antiguos miembros del partido Baas de Sadam Hussein.
Fuentes
médicas, en tanto, confirmaron a las agencias internacionales que seis civiles
(presuntamente miembros del partido Baas) murieron el sábado pasado a
manos de policías locales y el Ejército británico.
El "comité de erradicación
del partido Baas", difundió ayer domingo las instrucciones necesarias para
expulsar de la administración y las empresas estatales a los responsables de la
fuerza política que controló Irak durante el régimen del capturado ex presidente
Saddam Hussein .
El comité, presidido por
Ahmad Chalabi, un ex banquero que cuenta con la confianza de la CIA y el
Pentágono, limitó por ahora la aplicación de estas instrucciones a los miembros
de mayor importancia dentro del partido, que controlaba los engranajes del
Estado y la sociedad hasta el derrocamiento del régimen.
El comité de erradicación
del Baas fue creado por el consejo de Gobierno provisional para expulsar del
futuro "Estado iraquí" en manos de EEUU, a cualquier persona que
hubiera tenido responsabilidades en el antiguo régimen.
En el sur de Irak, en la
ciudad chiíta de Amara, seis iraquíes murieron el sábado a manos de policías
iraquíes y el Ejército británico, que dispararon contra una manifestación de
desocupados, informaron a la agencia Europa Press fuentes de
seguridad del hospital local.
Según el jefe de seguridad
del hospital general de Amara, Jasem al Musaui, la manifestación de centenares
de desempleados reunidos ante la sede del Gobierno de Amara fue degenerando y
los manifestantes empezaron a arrojar granadas contra la Policía.
"La gente estaba
exasperada. Se oyeron disparos y los policías iraquíes que pensaron que los
habían atacado", indicó el militar británico Paul Wightman.
Las zonas chiítas pobres del
sur tienen una gran tasa de desempleo, que se agravó más aún tras la caída del
régimen del ex presidente Sadam Hussein en abril de 2003.
Según el corresponsal de La
Jornada y The Independent, Robert Fisk, en la ciudad chiíta de Najaf, 42
antiguos miembros de Baaz han sido asesinados, y no ha habido un solo arresto.
Tras la "liberación" de Irak
-relata Fisk- los enemigos del parrtido Baaz se han declarado en temporada
abierta para cazar y asesinar a cientos de ex funcionarios del anterior régimen,
sin que las fuerzas angloestadounidenses o su recién creada policía hagan el
menor esfuerzo por detener el baño de sangre.
En Basora -según el
corresponsal- controlada por las tropas británicas, casi 50 miembros de ese
partido han sido encontrados con las manos atadas a la espalda y un solo
orificio de bala en la nuca. Nuevamente, no ha habido arrestos.
Algunos de estos asesinatos
-cuenta en su relato Fisk- pueden ser veenganzas personales. The Independent supo
de un joven chiíta que buscó por toda Bagdad a un hombre que lo había torturado.
Finalmente lo acorraló en su propia casa, y tranquilamente dijo a la familia de
su víctima que pensaba ejecutarlo. El joven rechazó la remuneración que le
ofrecían en compensación por sus sufrimientos y procedió a asesinar al hombre.
Pero muchos otros asesinatos
han sido perpetrados de manera sistemática, y con la crueldad que solían usar
los matones de Saddam contra los opositores.
En Najaf y otras ciudades
del sur -continua Fisk- , los baazistas han sido muertos con disparos hechos por
hombres desde motocicletas o taxis. Los sunitas sospechan que los responsables
son miembros de las Brigadas Badr, la milicia del Consejo Supremo de la
Revolución Iraquí (CSRI), cuyos representantes tienen curules en el consejo
gobernante.
La policía reconoce que no
se han resuelto los crímenes contra ex baazistas, y admite que sus miembros
podrían volverse blancos de asesinatos si lo intentan. Se supone que los
asesinos obtienen 250 dólares por cada ex miembro del Baaz que eliminen,
concluye Fisk en otro tramo de su informe.
El Pentágono, en tanto,
informó por medio de la portavoz Megan Grafton, que unos 495 soldados
estadounidenses han muerto en Irak, casi 10 meses después de la invasión de ese
país por tropas de Estados Unidos y Gran Bretaña.
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